miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Novia Feliz o Bridezilla?



  
Cuando mi esposo me propuso matrimonio, decidimos que no queríamos esperar mucho tiempo para casarnos. Organizamos nuestra boda en 10 semanas y aunque fue una locura planear todo en tan corto tiempo, si tuviera que repetirlo, haría exactamente lo mismo. A pesar de los altos y bajos con los preparativos, el día de mi boda fue el más feliz de mi vida.

Quisiera decirte si estas por casarte, que todo será perfecto, que no se te quitará el sueño y que no te irritarás cuando las cosas no salen como quieres, pero  voy a ser sincera: a menos que puedas contratar un planificador de bodas que se encargue de TODO, es muy probable que pases por todo eso.  La buena noticia es que si sabes organizarte y tienes claridad sobre el paso que estas a punto de dar, puedes sobrevivir al estrés sin convertirte en Bridezilla.

No voy a darte tips sobre cómo planificar una boda, pues seguramente los encontrarás en todas las revistas y te serán de más ayuda que los que yo pueda darte. Pero no está demás decir que este momento es único en tu vida y para disfrutarlo al máximo debes concentrarte en lo que es realmente importante y no es ni el lugar de la recepción, ni el menú, ni la decoración.

Un par de semanas antes de mi boda, todo parecía salirse de control: la lista de invitados, los proveedores, la lista de cosas por hacer, los gastos se incrementaban... Y cuando estaba a punto de llorar, gritar y convertirme en un gran monstruo verde, mi hermana me recordó el motivo principal de todo esto, y a partir de ese momento todo el estrés (o casi todo) desapareció.

Estos son los 3 consejos más importantes que recibí de mi hermana:

1. La boda es más que la suma de todos los preparativos. Lo más importante de la boda es el momento durante el cual tú y tu futuro esposo  se van a presentar delante de Dios para pedirle que bendiga su unión, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe.

2. Tu mejor adorno no va a ser el vestido, ni el peinado, ni el maquillaje, ni las joyas. Todo eso va a ser resaltado o va a quedar opacado por la actitud que lleves cuando hagas tu entrada triunfal. Dice la biblia que “El corazón alegre, hermosea el rostro” (Proverbios 15:3). En otras palabras lo que haya en tu corazón en ese momento se va a reflejar en tu cara, y para la ocasión no hay nada más inspirador que dos novios radiantes y felices por el paso que están dando.

3. Finalmente, no podemos tener el control de todo. Es mejor que si algo no sale como tú esperas, lo tomes con humor. Dentro de unos años nadie recordará como eran los arreglos florares,  si eran muy grandes o muy pequeños,  ó quien llegó tarde a la ceremonia.  Cuando oigas la marcha nupcial, suelta todo lo demás y luce una gran sonrisa pensando que está vez esa marcha nupcial está sonando exclusivamente para tí, es tu día, es tu momento y Dios te ha permitido encontrar a alguien con quien compartir el resto de tu vida.

Con el cariño de siempre,

Amy
www.thebeautyhealthcoach.com
amy@thebeautyhealthcoach.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario