domingo, 25 de agosto de 2013

¿Por qué no puedo bajar de peso?




Comúnmente asociamos el sobrepeso a la falta de voluntad para comer más sano y ejercitarnos. La verdad es que el exceso de peso es un desbalance en el cuerpo que tiene raíces fisiológicas, emocionales y espirituales. 

No hay dietas ni fórmulas mágicas que funcionen a largo plazo. La culpa y el castigo por comer ó dejar de comer solo empeoran las cosas. Para tratar este problema de raíz debemos abordarlo de manera integral, no se trata solo de restringir lo que comemos y pasar horas en el gimnasio, de nada sirve hacerlo mientras las verdaderas causas sigan estando ahí. 

Si estás luchando para perder peso y no lo consigues piensa que probablemente no se deba únicamente a las calorías que hay en tu plato. Muchas veces hay razones fisiológicas que nos impiden perder peso como desbalances hormonales y problemas digestivos. Cuando nuestra digestión no funciona correctamente y nuestro cuerpo no es capaz de desintoxicarse correctamente podemos acumular toxinas que añaden hasta 10 libras de sobrepeso.

Otras veces, el exceso de peso tiene raíces más profundas y la comida es el sustituto perfecto de eso que nos falta en nuestras vidas y tratamos de llenar de alguna manera. ¿Es una relación sentimental estable? ¿Una carrera profesional satisfactoria? ó  ¿un vacío espiritual?  

A nivel inconsciente el sobrepeso se vuelve un escudo protector que nos mantiene en una zona segura. Tal vez sufriste a causa de una relación sentimental en el pasado y la comida ha sido el refugio perfecto para aliviar u ocultar ese dolor. Tal vez creas que mientras tengas sobrepeso no encontrarás una nueva pareja y por tanto no sufrirás nuevamente a causa del amor.

También podemos tener sobrepeso pero estar desnutridas espiritualmente. La espiritualidad no consiste solamente en ir a la Iglesia los domingos o participar en cada actividad religiosa. Se trata de establecer una conexión directa, íntima y verdadera con nuestro Creador y Salvador. Nadie más puede llenar ese vacío, sanar nuestras heridas y darnos esa paz que tanto buscamos. 

El miedo a cambiar también puede boicotear nuestros esfuerzos. Todas queremos lucir espectaculares y vivimos pensando en que haríamos si perdiéramos el peso extra. Soñamos con el vestido perfecto (en 4 tallas menos), con lucir un traje de baño de dos piezas ó con ganar la atención de esa persona especial, pero al mismo tiempo sin darnos cuenta, podemos estar paralizadas por el miedo a abandonar nuestra zona de confort. El miedo a tener conflictos de pareja por nuestra nueva imagen ó a ser el centro de atención es sin darnos cuenta lo que nos juega en contra.  Es más fácil quedarnos como estamos, porque al final así somos, así nos quieren y así sabemos cómo enfrentar al mundo. 

Tu peso es un reflejo de tu estado físico, emocional y espiritual, pero no te define como persona ni determina tu belleza. Tener sobrepeso no se trata solo de un número en la báscula, ni de una talla de pantalón. Se trata de tu activo más importante: Tu salud. Es por eso que debes cuidarte.

No caigas en la trampa de comprar la nueva pastilla para bajar 30 libras en un mes ó el último invento que derretirá la grasa “para siempre”. No pongas en riesgo tu salud ni tu bolsillo.

Si no puedes hacerlo sola, busca ayuda profesional y no tengas miedo a cambiar. El cambio requiere trabajo, no ocurre de la noche a la mañana, pero la recompensa será mucho más grande que cualquier esfuerzo que hagas.


¿Qué es lo mejor que puede pasar si cambias?

Con cariño,

Amy