viernes, 6 de septiembre de 2013

Aprendiendo a comer conscientemente, sin culpa ni castigo


Durante años fui esclava de las dietas,  trataba de ser muy estricta en cuanto a lo que comía. Medía y pesaba las porciones y consumía solo alimentos “light”, de lo contrario, la culpa y el temor de aumentar de peso me consumían.

Cuando comencé mis estudios en la Escuela de Nutrición, finalmente me liberé de esa adicción y de esa forma de comer pero  me di cuenta que yo no encajaba más de un entorno social “normal”.

Cada vez que iba a comer fuera era casi como ser un extraterrestre de una galaxia muy lejana. Yo era la única tomando agua cuando todo el mundo estaba tomando soda y la loca que comía muchos vegetales y en realidad los disfrutaba. A veces me sentía juzgada por mi forma de comer pero la verdad es que no podía importarme menos. Por primera vez en mi vida me sentía más saludable, más ligera y más contenta conmigo misma, y en parte se lo debo a la alimentación.

Ser Health Coach no me impide comer lo que deseo pero ser  consciente de cómo la comida afecta mi cuerpo y mi salud me hace ser cuidadosa de las elecciones que hago. Hace unos años me diagnosticaron hipoglicemia y aunque ahora estoy bajo control (sin dieta o medicamentos) finalmente aprendí qué alimentos son buenos para mí y cuáles no lo son. Como de manera sana un 90 % del tiempo y el resto, como lo que quiero.

Cuando comparto con mis familiares o amigos en una reunión o celebración, generalmente me preguntan: ¿Puedes comer eso? (Señalando un trozo de pastel, una dona u otras “comidas malas”), es como si esperan que les diga: "Absolutamente NO", pero me encanta responderles: ¡Claro! Puedo comer un  poco de eso.

Elegir conscientemente lo que como es muy liberador y también me trae paz conmigo misma y con mi cuerpo. No me siento privada por comer sano y no me siento culpable cuando como algo que no es tan saludable. Hace mucho tiempo que no cuento las calorías de lo que como y tampoco me castigo a mí misma en el gimnasio por el pedazo de pastel que comí el día anterior. Ya no más.

Cuando se trata de comida, todo es acerca de la experiencia. No hay fiesta sin comida y no debe haber comida sin placer. Alimentarse debe ser una experiencia agradable, no debes sentir culpabilidad, castigo o aburrimiento a la hora de comer.

Aprender a hacer elecciones conscientes a la hora de comer es clave para manejar tu peso, tus antojos y en el largo plazo para cuidar de tu salud.

Si sientes que no puedes controlar ciertos antojos, terminas comiendo demasiado y sintiéndote culpable, comienza por hacerte las siguientes preguntas a la hora de elegir lo que comes:

1. ¿Cómo me sentiré justo después de comer, 1 hora después y 1 día después de haber comido este alimento?

2.  ¿Es esta comida buena para mí? ¿Cómo va a afectar mi salud y mi cuerpo?

3. ¿Hay una opción más saludable a esta comida? ¿Cuál es?


Recuerda que puedes disfrutar de la comida sin sentirte privada, culpable o castigarte al día siguiente. No se trata de perfección, se trata de hábitos.



Con el cariño de siempre,

Amy

No hay comentarios:

Publicar un comentario