Comúnmente asociamos el sobrepeso
a la falta de voluntad para comer más sano y ejercitarnos. La verdad es que el
exceso de peso es un desbalance en el cuerpo que tiene raíces fisiológicas,
emocionales y espirituales.
No hay dietas ni fórmulas mágicas
que funcionen a largo plazo. La culpa y el castigo por comer ó dejar de comer
solo empeoran las cosas. Para tratar este problema de raíz debemos abordarlo de
manera integral, no se trata solo de restringir lo que comemos y pasar horas en
el gimnasio, de nada sirve hacerlo mientras las verdaderas causas sigan estando
ahí.
Si estás luchando para perder
peso y no lo consigues piensa que probablemente no se deba únicamente a las
calorías que hay en tu plato. Muchas veces hay razones fisiológicas que nos
impiden perder peso como desbalances hormonales y problemas digestivos. Cuando
nuestra digestión no funciona correctamente y nuestro cuerpo no es capaz de
desintoxicarse correctamente podemos acumular toxinas que añaden hasta 10
libras de sobrepeso.
Otras veces, el exceso de peso
tiene raíces más profundas y la comida es el sustituto perfecto de eso que
nos falta en nuestras vidas y tratamos de llenar de alguna manera. ¿Es una
relación sentimental estable? ¿Una carrera profesional satisfactoria? ó ¿un
vacío espiritual?
A nivel inconsciente el sobrepeso
se vuelve un escudo protector que nos mantiene en una zona segura. Tal vez
sufriste a causa de una relación sentimental en el pasado y la comida ha sido
el refugio perfecto para aliviar u ocultar ese dolor. Tal vez creas que
mientras tengas sobrepeso no encontrarás una nueva pareja y por tanto no
sufrirás nuevamente a causa del amor.
También podemos tener sobrepeso
pero estar desnutridas espiritualmente. La espiritualidad no consiste solamente
en ir a la Iglesia los domingos o participar en cada actividad religiosa. Se
trata de establecer una conexión directa, íntima y verdadera con nuestro Creador
y Salvador. Nadie más puede llenar ese vacío, sanar nuestras heridas y darnos
esa paz que tanto buscamos.
El miedo a cambiar también puede
boicotear nuestros esfuerzos. Todas queremos lucir espectaculares y vivimos
pensando en que haríamos si perdiéramos el peso extra. Soñamos con el vestido
perfecto (en 4 tallas menos), con lucir un traje de baño de dos piezas ó con
ganar la atención de esa persona especial, pero al mismo tiempo sin darnos
cuenta, podemos estar paralizadas por el miedo a abandonar nuestra zona de confort.
El miedo a tener conflictos de pareja por nuestra nueva imagen ó a ser el
centro de atención es sin darnos cuenta lo que nos juega en contra. Es más fácil quedarnos como estamos, porque al
final así somos, así nos quieren y así sabemos cómo enfrentar al mundo.
Tu peso es un reflejo de tu
estado físico, emocional y espiritual, pero no te define como persona ni
determina tu belleza. Tener sobrepeso no se trata solo de un número en la
báscula, ni de una talla de pantalón. Se trata de tu activo más importante: Tu salud.
Es por eso que debes cuidarte.
No caigas en la trampa de comprar
la nueva pastilla para bajar 30 libras en un mes ó el último invento que
derretirá la grasa “para siempre”. No pongas en riesgo tu salud ni tu bolsillo.
Si no puedes hacerlo sola, busca
ayuda profesional y no tengas miedo a cambiar. El cambio requiere trabajo, no
ocurre de la noche a la mañana, pero la recompensa será mucho más grande que
cualquier esfuerzo que hagas.
¿Qué es lo mejor que puede pasar
si cambias?
Con cariño,
Amy
Amy
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