Hace poco escuchaba una de mis
clases en IIN, esta vez Andrea Beaman hablaba sobre Salud y Riqueza.
Puede parecer que estas dos cosas
no tienen que ver una con la otra, pero realmente no hay separación
entre ambas.
Andrea comentaba
sobre la manera en que nos quejamos por lo caro que es comer saludable. Nos molestamos porque una ensalada en un restaurante es mucho más cara que un
combo de comida rápida ó porque un tomate orgánico es más caro que uno convencional,
pensamos ¿Cómo voy a pagar $0.75 por 1 (si, un solo) tomate orgánico? Es demasiado
caro! Pero no nos molesta pagar $100.00
por un par de zapatos ó $300.00 por el nuevo modelo de celular.
La ensalada es demasiado cara,
por tanto elegimos el combo (agrandado, por supuesto). El chequeo médico
anual vale una fortuna, además nos sentimos bien y no es prioridad, pero necesitamos urgentemente perder peso para las próximas vacaciones y compramos los batidos para rebajar. Pagar un curso ó programa para aprender a cuidar
de nuestras mismas nos parece extravagante, no así el vestido para la fiesta ó las salidas semanales a
comer en los mejores restaurantes. Y hablo en plural porque yo también he hecho esto!
En realidad no tiene nada de malo gastar nuestro dinero como mejor nos parezca, si nuestro presupuesto nos lo permite. Pero si hablamos de precios, alguna vez te has puesto a pensar ¿qué precio te pones a ti misma? ¿Qué precio tiene tu salud y tu felicidad? Cuando se trata de invertir en ti misma, en cosas que realmente te nutren, en tu salud, en tu bienestar y en desarrollar tu belleza interior ¿cuánto estás dispuesta a pagar?
En realidad no tiene nada de malo gastar nuestro dinero como mejor nos parezca, si nuestro presupuesto nos lo permite. Pero si hablamos de precios, alguna vez te has puesto a pensar ¿qué precio te pones a ti misma? ¿Qué precio tiene tu salud y tu felicidad? Cuando se trata de invertir en ti misma, en cosas que realmente te nutren, en tu salud, en tu bienestar y en desarrollar tu belleza interior ¿cuánto estás dispuesta a pagar?
La verdad es que nunca tenemos
dinero (ó tiempo) para tratar de estar más saludables, hasta que no tenemos más
alternativa. Cuando nos enfermamos no tenemos más opción que gastar y quizás
mucho más de lo que podemos o queremos pagar. Nos da tristeza ver como nuestro
dinero se va todo en pagar la cuenta del hospital o las medicinas.
Vivimos en una sociedad donde el
exterior es más importante que el interior, vivimos tratando de impresionar a
los demás y muchas veces descuidamos lo que es realmente importante a costa de
las apariencias.
Hablar de finanzas es un tema “escabroso”
no nos gusta que nos digan cómo usar nuestro dinero o que nos juzguen por como
estamos gastándolo. Pero para hacer decisiones más inteligentes debemos preguntarnos ¿adónde va mi dinero,
tiempo y esfuerzo?, ¿qué beneficio a largo plazo voy a obtener de todo esto? ¿Cuál
será la duración de mi inversión?
Al final, cualquier inversión que hagamos cuidar de
nuestra salud y bienestar es ahorro y esto se traduce en riqueza.
Somos lo que comemos y lo que
pensamos y las decisiones que tomemos hoy definirán quienes seremos mañana.
Con el cariño de siempre,
Amy
www.thebeautyhealthcoach.com
amy@thebeautyhealthcoach.com
Con el cariño de siempre,
Amy
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amy@thebeautyhealthcoach.com